Hace aproximadamente cinco años llegó a la Ciudad de México, podría decirse que por mera casualidad, pues un día perdió el vuelo de conexión a Baja California y decidió quedarse en esta metrópoli a iniciar de nuevo.
Originaria de Tijuana, aquí comenzó a trabajar y tuvo varios empleos. Fue una de tantas víctimas de abuso y acoso laboral, situaciones que la llevaron a replantearse un cambio en su vida y denunciar este tipo de agresiones.
Yo supe desde el día 1 que eso no iba a funcionar, porque para empezar hablamos de que hay mucha violencia entre mujeres, muchas de ellas me aplicaban la de a la 1:50 sales a comer y a la 1:45 me mandaban a hacer mil cosas y yo decía así pero te la mandó a las 4 de la tarde que regrese, entonces traíamos una súper bronca y después sucedió lo del señor que empezó acosarme y en el momento en el que le dije que no, en la noche me escribieron que ya me presentara con mi computadora y mi celular y dije: ah me van a despedir y dicho y hecho, pero le dije que tenía toda la evidencia del acoso entonces intentaron sobornarme y llegamos a un acuerdo que nunca cumplieron más que en lo económico porque también íbamos a hacer se supone algunas políticas para mejorar la situación de las mujeres en el trabajo y yo utilice ese dinero para poder emprender el proyecto.
Finalmente encontró su camino a la vida saludable y fundó hace dos meses CARE, un programa de apoyo por y para mujeres donde el cuidado físico y emocional va más allá de la estética.
Yo sabía que tenía que emprender en algún momento porque no iba a soportar las condiciones laborales que tenemos los mexicanos de ninguna manera y menos por las porque las personas que tenemos algún trastorno de enfermedades mentales nadie piensa que necesitamos diferentes opciones de trabajo y diferentes maneras de trabajar, simplemente se expulsan de la sociedad. Entonces yo me sentía en la necesidad de probar que podemos trabajar de manera distinta y podemos ser incluso hasta más funcionales que las maneras tradicionales y tampoco quería hacer algo cotidiano y de pronto la idea me llegó como por iluminación divina y se dio de manera mágica y el feminismo para mí es una lucha personal e integre algo para mí que es súper importante que hacer ejercicio y me ha ayudado muchísimo en la parte de lidiar con este trastorno y el feminismo son de las dos cosas que amo y son las bases que crearon el proyecto.
Este proyecto comenzó con 6 chicas comprometidas con crear lazos de hermandad y en muy poco tiempo ha crecido la comunidad a más de 30.
De lunes a viernes este grupo de mujeres se reúne en el parque de las Américas en la colonia Narvarte, ahí ofrecen clases de yoga, acondicionamiento físico, funcional y talleres de meditación y de defensa personal.
No hablamos de dietas, no hablamos de tengo que bajar de peso, no hablamos de tengo que tener más pierna, más nalga, esos son como temas que queremos evitar y generalmente cuando uno va a un gimnasio eso es lo que lo primero que se encuentra, entonces nosotros queremos enfocar el ejercicio para el bienestar integral, que es dormir mejor, tener más energía, estar de mejor humor y todos los beneficios que tiene a nivel de salud mental y física, no la parte de quiero estar más flaca o quiero ponerme más buena, porque ese es el objetivo de cualquier otro lugar de ejercicio.
En un futuro Enith busca encontrar una casa que sea un espacio seguro para mujeres, niñas y adultas mayores donde puedan expresarse, platicar, ejercitarse y trabajar en conjunto.