El atleta de remo adaptado, Michel Muñoz Malagón, continúa con su preparación para obtener el pase para los próximos Juegos Olímpicos en Tokio.
La pandemia como muchos obstáculos en su vida no ha sido impedimento para alcanzar sus sueños y buscar una medalla en la justa deportiva más grande del mundo.
“Significa la gran oportunidad que he buscado toda mi vida, representar a mi país, representar a México, representar toda la parte de entrenamiento y esfuerzo que he realizado a lo largo de mi vida y demostrar de lo que estoy hecho y pues obviamente motivado por enfrentarme a los mejores del mundo y mostrarle a toda la gente que yo puedo ser parte de esos de los mejores del mundo y pues es una emoción, son sentimientos encontrados porque es dejar a mi familia e irme a competir también por ellos, es algo súper bonito”
Originario de la Ciudad de México; Michel nació con una malformación congénita; sin extremidades inferiores y a pesar de eso, nunca se sintió menos que los demás, al contrario, siempre realizó sus actividades y aficiones con toda normalidad.
“Yo salía a jugar a la calle fútbol con otros chicos a los tres o cuatro años que yo ya podía desplazarme con mis brazos, pues obviamente me di cuenta que yo podía realizar mis cosas, porque no le pedía a nadie que me ayudará”
Muñoz es un atleta de alto rendimiento. Ha sido campeón nacional en Powerlifting en la categoría de 59 kg. Además, incursionó en el Tower Running, en donde subió la Torre Latinoamericana solo con sus brazos. Se volvió maratonista, corrió el Maratón de la Ciudad de México y por si fuera poco es el primer mexicano sin piernas en competir y ganar en Spartan Race.
“Estamos entrenando duro, estamos entrenando fuerte, tengo mucha fuerza, entonces ahorita hay que trabajar mucho lo que es la resistencia. Siempre hay que darlo todo, sacar fuerza de donde no creamos que podamos sacarla”.
Padre, amigo, deportista y conferencista, entre muchas más, Michel es un apasionado de la vida que toma riesgos y hace todo por marcar la diferencia, su mayor enseñanza es que mientras otros darían lo que fuera por cambiar su destino, él se siente bendecido por ser quien es.
“Yo creo que si volviera a nacer, pediría volver a nacer así. No pediría dos piernas, pues creo que no sería yo”